carminaHola Fontaniller@s! de entre todos los productos existentes que hay para tratar el agua de casa, los descalcificadores ocupan un lugar destacado. Hoy hablamos de por qué comprar un descalcificador.
Hemos de tener en cuenta que a diferencia de otros sistemas que se instalan únicamente para el agua de consumo, es decir la que utilizamos para beber y cocinar, el descalcificador pretende tratar el agua de toda la casa mediante la eliminación del exceso de cal, con las ventajas que ello reporta. Por ello es habitual que el descalcificador sea completado con otros sistemas que se ponen en el punto de consumo para el agua de boca, quedando el descalcificador como un aparato pensado para proteger las tuberías y los electrodomésticos.
Por qué comprar un descalcificador
Son ideales para aguas duras
Las razones son múltiples. Se instalan en aquellas zonas donde el agua recibe el calificativo de ser dura, es decir de tener un exceso de cal. Esto conlleva como consecuencia directa que la cal se adhiera a las tuberías formando incrustaciones y que además se obstruyan las juntas metálicas de los electrodomésticos acortando su vida considerablemente. Aunque también existen electrodomésticos pensados para un único electrodoméstico, lo más habitual es que se instale esta máquina en la llave de corte de toda la casa para así poder proteger toda la vivienda. Es en los bares donde a veces encontraremos descalcificadores individuales para las máquinas de café o de fabricar hielo.
Eliminan el exceso de cal
Hemos de hacer hincapié en el uso de la palabra “exceso” ya que tan malo es que haya mucha cal como que haya una ausencia total, ya que el ph es muy ácido y puede provocar una oxidación en las juntas y tubos metálicos. Para ello los descalcificadores son aparatos dotados de una función de mixing, que permite mezclar el agua descalcificada con agua “dura” proveniente de la red y que deja un residual de cal. Si queremos evitar que este residual incruste, podemos colocar un filtro de polifosfatos a la salida del descalcificador, de manera que el agua se mezcla con estas sales y se crea una película en torno a las tuberías que impide la incrustación de esta cal residual.
Al decir que elimina la cal, hablamos efectivamente de bajar la dureza, a diferencia de otros aparatos que evitan las incrustaciones mediante dosificación pero que hay mucha gente a la que también, de forma errónea, denomina descalcificadores.
Reduce el consumo energético
El volumen de combustible que utilicemos para alimentar nuestra instalación de calefacción se verá reducido si nuestra agua pasa de ser dura a blanda. Una sencilla prueba casera que podemos hacer para ver porqué se produce esto es poner dos vasos iguales llenos de agua en el microondas. Uno con agua dura y otro con agua blanda (se puede utilizar agua destilada para esta última) y ponemos en funcionamiento el horno. Veremos que el de agua blanda empieza a hervir bastante antes que el otro, y eso es porque no tiene tantas impurezas. Este mismo principio hará que se reduzcan nuestros tiempos de cocción y que nuestros radiadores calienten antes.
Reduce el uso de productos de limpieza y belleza
Ya los fabricantes de detergente nos hablan de diferente dosificación en función de si el agua es dura o blanda, llegando a ver una diferencia de incluso 3 a 1, por lo que apreciaremos un importante ahorro en todo tipo de detergentes y productos de limpieza. Incluso nos ahorraremos el 100% en productos anti-cal, suavizantes…
El mismo principio sirve para el uso de champú, gel e incluso cremas hidratantes.
Esperamos que nuestro artículo sobre por qué comprar un descalcificador, os haya resultado de interés.
Un saludo y hasta la próxima Fontaniller@s
