Hola Fontaniller@s:
Hoy vamos a dedicar este artículo a todo un clásico español, sobre todo perteneciente a las zonas rurales: beber agua del botijo.
Solamente nombrar las palabras botijo y porrón y a muchos se nos esboza una sonrisa involuntaria. Nos retrotrae a otros tiempos, a muchos nos recuerda a cuando íbamos al pueblo de pequeños, y sabíamos que, a pesar del calor, siempre teníamos agua fresca en el botijo, o que cuando llegaba la hora de la comida podíamos admirar cómo la gente bebía vino del porrón.
En el botijo se pone agua, pero ¿es buena esta agua? ¿ por qué se mantiene fresca?
Beber agua del botijo
Los botijos se remontan a la época romana, donde se denominaban “buttis” o “butticula”. Además adquieren diferentes nombres según la comunidad autónoma de la que hablemos, por ejemplo en Andalucía se les llama “búcaros”, en Cataluña “cántirs”, y en Latinoamérica también recibe diferentes nombres. Aunque lo veamos algo muy español también se estila en otros países del mundo igual que los españoles o con leves variaciones.
Cada vez se reivindica más el uso del botijo, y no solo por los hispters que parecen decididos a recuperar todas las costumbres antiguas sino también por muchos ecologistas que lo ven uno de los mejores inventos por dos razones:
- Al estar hechos de arcilla pueden enfriar rápidamente. Lo hacen porque la arcilla es porosa, por lo tanto lo hacen por evaporación, y consiguen enfriar hasta 10 grados sobre todo en ambientes secos. Así para enfriar el agua solo necesitamos un recipiente de arcilla porosa y un ambiente seco.
- La arcilla tampoco permite el paso de las bacterias, por lo que preserva el agua de contaminaciones externas.
Por eso ya sabéis que beber agua de botijo no solo está bien, sino que tiene todas las garantías y además resulta muy ecológico.
Un saludo y hasta la próxima Fontaniller@s
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